He escrito sobre mi, Mamá, Papá,
mis hermanos, algunas tías, las abuelas que la vida nos hizo llegar, la
infancia, algunos de nuestros amigos animales… ¿Con qué seguir? ¿Adolescencia?
¿Escuela? ¿Italia?
En estas páginas he permitido al
recuerdo y a la imaginación abrazarse y plasmarse. Las personas, eventos, cosas
que menciono me han marcado de una u otra manera, todas en forma positiva. Han
hecho de quien escribe quien soy hoy. O mejor, creo que todos somos siendo.
Mas, aquellas personas y entes, actos y hechos cuanto omisiones que el andar
hace aparecer, de alguna manera están allí para enseñarnos, mostrarnos algo. Aventuraría
a decir, más que a enseñarnos, a mostrarnos algo, a permitirnos recordar
aquello que ya nuestro ser conocía y que había olvidado. Es relativamente fácil
relatar o describirlas; la tinta fluye a la vez que las ideas desembocan el la
mano autómata. Es difícil describir una sensación; más aun, hacerlo con una intuición.
Son experiencias inconmensurables, no alcanzables a través del lenguaje formal
que utilizamos para comunicarnos. Son, por definirlo de alguna forma, intraducibles
en lenguaje alguno. En un esfuerzo que de seguro será incompleto, diría que
otra energía, o quizá la misma que nos une a todos, utiliza este cuerpo
material, este organismo, y sus extensiones, para dejar fluir esto que están leyendo.
No creo, incluso intuyo, éstas no son mis palabras, mas nuestras, el uno, así
como del todo.
Pero, cuando llego al punto de
abandonar la niñez para comenzar con la adolescencia, o de ir por eventos más
formales como educación y escuela, el sentimiento que antes me empujaba a
escribir se detiene, se paraliza, me hace poner un alto al ritual. ¿Es porqué
no me interesa escribir al respecto? ¿Molesta o duele? ¿Lo quiero olvidar o no
lo recuerdo?
Los sueños y las ilusiones son
la fuerza. La esperanza es a llave. Siempre he sido, o al menos desde que
recuerdo, un pensador positivo. De allí es que las personas y acontecimientos
que me vienen en mente son los que creo fervientemente, desde el corazón, el
alma, aquellos que deben ser recordados, subrayados, compartidos, repetidos,
copiados. Y, si alguno se me pasa, efectivamente no me ha hecho mella o no me
ha interesado lo suficiente como para estar en estas páginas, simple. No quiero
sonar a menosprecio, o que piensen que estas otras personas no han sido
importantes. Seguramente lo han sido para otros, y quizá hasta hayan
contribuido con quien soy, pero no me han definido, no han marcado mi esencia,
no han tocado mi alma, mi ser, quien soy, aquello que soy.
Es una especie de burbuja sin
limites, o un mundo mágico y trascendente, con personas, personajes, animales,
seres de todo tipo, forma, y color, que han contribuido y contribuyen en esta
existencia que hoy me toca transitar.
¿Y si continuamos con pensamiento
positivo aplicado? Es decir, en teoría qué pienso que es pensamiento positivo y
como lo he usado en la que entendemos como realidad, y a donde me ha levado…
Pues veremos en unos días…
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