Tuesday 23 February 2016

Mi Primer Libro: Más allá

La vida, esa sucesión de eventos y actos, para algunos ilimitada, para otros limitada por sus propias fronteras intelectuales y emocionales. Si algo me  enseñó la infancia es que todo es posible si creemos en ello, trabajamos duro, y damos todo lo que tenemos a la empresa.

Ha sido algo difícil conservar esas enseñanzas solidas en mente y corazón, admito. La vida nos arrebata cosas, personas, momentos, y otros, también lo hacen. Hay días duros, desafiantes… ¿cómo se hace para mantener firme las creencias de poder, de apostar a ser más, de respirar magia en cada inhalación? Muy simple, diciéndolo, cambiando de actitud, o mejor, manteniendo esa actitud casi pueril que teníamos antes, esa cabeza dura de creer en lo imposible, de hacer cosas idiotas o sin explicación solamente por tener ganas, de sonreír sin causa, de reír a carcajadas. ¿Cuánto hace que no sueltas una? Me atrevo a decir, sin conocerte, más de lo que puedes recordar. ¿Estoy en lo cierto? Si es así, es tiempo de detenerse, no pensar mucho, dejar ir lo no esencial, y quedarse con lo básico. No me refiero a dejar las posesiones ni a nada etéreo. Más bien me refiero a algo intimo, dentro, profundo. Dejar ir el depender del juzgamiento del otro (y no juzgarnos tampoco); dejar ir el pasado (ya pasó); no sentarse a esperar el futuro (vendrá en menos de lo que te imaginas, es inevitable). Vive el ahora, vive el presente, honra a tus afectos, dales de tu tiempo, que en definitiva, es la única posesión que no podrás recuperar y, por eso, la más cara a cualquier ser. Elévate por encima de las circunstancias fácticas, de los accidentes externos, de las formas.

Muy pintoresco todo, muy iluminado, muy esperable me dirán de inmediato, quizá. Pero ¿si mi realidad me lo impide? ¿mis circunstancias son demoledoras? ¿las pérdidas son insoportables? ¿la escasez llega al hambre?

Coincido, el elevarnos no nos alimentará. No podemos vivir del amor, comer del amor, respirar del amor, o algo así dice la canción. Y no propongo eso. Sin embargo, ante cualquier situación, siempre, siempre, SIMPRE tenemos el poder de rechazarla o aceptarla. Si solamente la rechazamos nos sentiremos seguramente molestos, impotentes, inútiles. Y es que la realidad, positiva o negativa, es. Al menos, es en lo que aparenta ser para el que la transita.

Lo que propongo es diferente. Aceptar lo que es, que es algo distinto a decir conformarse con lo que es. Si está en nuestra mano afectar, cambiar la situación, hagámoslo. ¿Qué perdemos? Pero, si no está en nuestro poder hacerlo, si por alguna razón la situación, circunstancia, evento, persona se nos presenta imperturbable pese a nuestro más ferviente ahínco, es allí donde debemos elevarnos, ir más allá. El que evoluciona es el yo, el tú, el ser. Y es que situaciones insalvables no son más que oportunidades en las que la vida sigue pasando y cada uno de nosotros tiene la elección de quedaros a un costado, inmóviles, o seguir con ella, viviendo, siendo, soñando.


Ir más allá no quiere decir que necesitemos movernos físicamente, o cambiar algo externo. Quizá lo hagamos, pero no es condición necesaria. Ir más allá implica simplemente reconocer que una situación es solamente eso, una situación, algo externo a quienes somos, pese a que esa situación tenga incluso que ver con nuestro cuerpo, salud, que en definitiva, son accidentes, pero no quienes somos.

No comments:

Post a Comment