Thursday 14 May 2020

Cartas a mi. DIECISIETE: Ama, entrégate completamente, aunque lastime.

¿Amor?, ¿Qué es eso?... ¿Cómo aconsejarte?... Si aún no estoy seguro de haberlo experimentado… Podría comenzar por una generalización y decirte que tendrás en tu vida distintos tipos de amores: amor por mamá, amor por papá, amor por tus hermanos, amor por tus amigos, amor por vecinos y conocidos, y hasta amor por los desconocidos.

Sí, es así. Todos ellos, sin entregar tu corazón completamente y sin reparo, o a veces haciéndolo, serán tus amores. Ni más ni menos importantes. Pues todos ellos despertarán sensaciones, emociones que serán únicas entre ti y cada uno de ellos. Serán especiales para ti, y tú serás ese ser especial para ellos, para su historia. Eso sí, como recién te escribía, entrégate sin reparos, sin juzgar, y aprende de cada uno, de cada situación, aunque duela. El costo puede parecer alto a veces pues pagarás con tiempo, energía, hasta salud física. Pero, recuerda, en estos momentos que esta existencia es sólo un paso en el plan mayor, una experiencia, suma de varias experiencias, un experimento físico para tu alma eterna e inmortal siempre haciendo.

Y es que, si pones reparos, el otro tampoco se entrega y en realidad tú y el otro mostrarán tan sólo la apariencia, el cascarón que han hecho crecer sin develar el tú y el otro siendo. Esto es, parecerán ser, pero estarán lejos de ser siendo. Así que tu aprehenderás lo que el otro quiera que aprehendas, mas no la totalidad, y viceversa. Irás por la vida brincando de apariencia en apariencia, de accidente en accidente, sin siquiera conseguir una señal de la esencia.

Sentirás como pocos lo hacen, en el alma, lo que algunas visualizan. Dibujarán en el pecho tanto alegría infinita como dolor intenso. Se sentirá tan mortal como dice la canción… “el corazón con agujeritos,” literalmente. Déjate, permítete ser aún en estos momentos. Entrégate a estos amores sin juzgar la experiencia. Irán y vendrán algunos como hojas de árbol, pasarán contigo todas las estaciones, y otros, momentos, tan solamente instantes. Cada hoja, cada experiencia será única. Sin metáforas aquí, sin exageraciones, pero el simple hecho que serán únicos si estás dispuesto a jugar la partida.

Alguna vez leí (leerás) una frase que dice algo así como: “ama aquel que menos lo merece pues es el que más lo necesita.” Parece una contradicción, pero, con el tiempo, comprenderás que es una verdad tan simple como cierta. Aquel que lastima, que te parece querer estar lejos, aquel que se oculta, es solamente un niño asustado que ha sido lastimado en algún momento en su ego y, pienso, intuyo, siente la herida no ha cerrado. Simplemente acéptalo, ámalo como lo harías con cualquier prójimo.

Advertencia: porque encontrarás en el camino personas que se acostumbran, que gustan de ser miserable. Recuerda que tu misión está lejos de la de cambiar a persona alguna o su camino. Simplemente, en esos casos, encuéntralos, acéptalos y déjalos seguir como dejas seguir tus pasos. De no hacerlo, forzarás al otro a ser lo que no es y te arrastrará consigo a dónde tú no debes estar. Cierto, será una experiencia y aprenderás de ella. Mas, evítalo, pues de todas maneras estarás interfiriendo en el camino del otro cuando el otro claramente desea estar así, estancado. Ámalo, dejándolo ir o dejándolo a un lado y, así, continúa. 

Manchester, jueves 20 de octubre de 2016.
Manchester, martes 25 de octubre de 2016.
Manchester, jueves 14 de mayo de 2020.

Tuesday 7 April 2020

Cartas a mi. DIECISÉIS: Confía en tu corazón. Siempre acertará.

 A tu lado voy, siempre. Aunque no me veas, seré esa voz que desde dentro de ti te acompaña y acompañará. Con los brazos abiertos estoy, estaré en ti mismo, allí en tu pecho. Si en algún momento te sientes desanimado, perdido, búscame en ti mismo, pues eres tú, soy yo, quien tiene la respuesta.

Es cierto, puede que parezca no ser tan fácil encontrarme. Y, sin embargo, es que piensas demasiado, dejas que el ego tome las riendas. Vuelve a ti, libérate, pues volviendo a ti me encuentras ya que tú y yo somos uno en una constante qué es, como el universo, eterna.

Hoy estamos juntos y nada lo cambiará. A cada paso cuentas conmigo, cuentas contigo. Estoy contigo, estás conmigo. La tentación te llevará a buscar respuestas afuera, la inseguridad o falta de confianza en ti mismo, a prolongar decisiones y buscar el consejo de quienes a veces lo necesitan más que tú. Con eso no te digo que no busques consejo. Al contrario, hazlo, especialmente de aquellos que te quieren bien o del completo extraño (nunca de quiénes dudas pues haces bien en dudar de ellos. Soy yo, es tu corazón, que te alerta). Mas, consejo o no, la respuesta está en ti. El consejo cumplirá la función de resonancia. Esto es, te hará sentir un eco dentro de ti mismo pues en el fondo la respuesta había estado (estará siempre) en tu pecho.

Escúchate. Date tiempo. Ten paciencia contigo mismo. Priorízate. Tómate enserio. Vuelve de continuo a ti. Y sé feliz pues eres eso, eso es tu esencia: felicidad.

Como te escribía, escúchate. Aún solo, aún con gente, escúchate. Aléjate del ruido. Con ruido me refiero al otro, especialmente al que tiene intención oculta. Has nacido con la capacidad de ver a través del otro. Confía en tu habilidad cuando estés cansado, con energía baja, insuficiente para dar otro paso. Enciérrate en ti mismo o sólo abraza a quién realmente sabes está contigo. Son esos tiempos, momentos, días o meses en los que, aunque parezca imposible, debes hacer a un lado el ruido y sentarte contigo mismo, tenerte paciencia, acompañarte y escucharte. Aunque en ese tiempo la respuesta se rehúse a aparecer.

Confía en mí, confía en ti. Tú y solamente tú sabes hacia dónde, cuándo, con quién. Sí, cometerás errores, pero tendrán que ver con el hecho que como todo eres vulnerable y más aún cuando tu energía es baja. La energía negativa tiene siempre la habilidad de adivinarte en este estado. El desafío es darte tiempo para que la respuesta se te presente sin caer en la tentación de abrazarte a esa energía negativa que busca justamente esos tiempos flacos para encaramarse en tu ser, en tu alma, como un parásito.
Si es que sucede, pues te aseguro sucederá, evita flagelarte, se tu amigo, escucha tu dolor sordo y, paso a paso. quítate el parásito de encima, de adentro.

Confía en ti, confía en mí. Escúchate, escúchame. Eres tu propia usina, tu Norte, tu principio y tu fin. Eres ilimitado. Se siendo como tú solamente sabes ser siendo. Escúchate en el ruido, escúchate en el silencio. Escúchate siempre.

Confía ciegamente, confía eternamente en esa sensación que viene de dentro. Me refiero a aquello que sientes a un mismo tiempo en el pecho y en la mente, en cada fibra de tu ser.
Tendrás charlas contigo mismo. Tendrás voces que discutirán y estarán de acuerdo contigo en ti. Pero me refiero aquí algo más allá de esas voces. Sabrás a qué me refiero instantáneamente cuando la presencia te absorba por completo. Es algo así como estar poseído por otro ente y este ente mostrarte el camino, la respuesta. No lo batalles. Es algo así como volver a la Fuente o estar al unísono con el Universo, vibrar a la misma frecuencia. Todo, absolutamente todo, resulta claro.
Permítete entrar en ese estado y es, en ese estado, en el que reencontrándote con la Fuente te reencuentras contigo; y, reencontrándote contigo, reencuentras la respuesta. Pues la respuesta, te aseguro, ya estaba en ti. Era el ruido, tanto interno como externo, el que te impedía verla, entenderla, acercarte a ella.
Volviendo a ti anulas el ruido y te escuchas. Y, escuchándote, te entiendes, te ayudas, te abrazas. 


Manchester, martes 11 de octubre de 2016.
Manchester, jueves 13 de octubre de 2016.
Manchester, martes 18 de octubre de 2016.
Manchester, martes 07 de abril de 2020.

Tuesday 31 March 2020

Cartas a mi. QUINCE: Donde no hay camino, haz el tuyo.

Tendrás sueños, ideas. Buscarás lo imposible, la justicia, el respeto, el honor y valores eternos serán tu estrella polar. Andarás caminos que otros ya han transitado, sabiéndolo o sin saberlo. También te encontrarás en callejones de la vida que parecerán sin salida. 
Recuerda que defines la vida con tus pensamientos, acciones y omisiones, así que, si te encuentras en situaciones en las que te piensas o sientes encerrado, sin opciones, solo, sin ayuda o guía, ten presente que la vida te está dando la oportunidad de crear, de expresarte en tu máxima luz abriendo un camino nuevo para ti y quién sabe para cuantos otros. 

Has nacido innovador, inquieto, incansable, eterno, inacabable. Un camino será eso, un camino. Tomarás ese camino como tantos otros. Sin despreciar camino alguno pues, plano o empinado, con o sin obstáculos, te estarán enseñando algo si estás atento. ¿Cómo dar los primeros pasos en un camino que aún está por trazarse? Simple. Anímate a darlos. El resto se irá develando a medida que lo necesites. 

¿Es más fácil transitar el camino ya andado por otro o el que has andado tú mismo? Puede que sí exista alguna diferencia. Puede que a veces sea más conveniente que tomes solamente una de estas opciones. Sin embargo, ten presente que el camino ya marcado por otros o por ti mismo antes puede ser diferente al camino que necesitas andar ahora. 

Un camino u otro, las enseñanzas serán aplicables indistintamente a excepción de circunstancias peculiares, particulares a ese y sólo ese camino. Por consiguiente, si te encuentras sin rumbo, dos opciones: continúa caminando o detente, siempre con los ojos hacia adelante, sin volver tus pasos. 

Tendrás momentos, períodos incluso largos, en los que sentirás la falta de brújula. Continúa en piloto automático y sin cambios bruscos, a menos que todo tu ser te lo esté pidiendo a gritos. Aprende a escucharte. Con “piloto automático” me refiero a que continúes tu rutina como hasta ese momento en que de alguna manera te has perdido. De a poco, genera espacio entre las actividades rutinarias, espacio temporal suficiente para que te escuches de nuevo. Tú sabes la dirección, siempre lo has hecho. Pero, de tanto en tanto, por una razón u otra, parecerá que estás perdido, que los caminos se cerraron o desaparecieron. Siéntate a un lado y medita, piensa o continúa caminando. Pero siempre presente. La presencia, tu presencia te hará conocer hacia dónde. 

“El camino se hace al andar” escucharás en algún momento. Tan simple, tan verdadero. Si esperas a que las indicaciones vengan hacia ti, que claramente alguien te indique hacia dónde, que te acompañe, aunque más no sean unos pasos, te seguro estarás perdiendo tiempo valioso. Recuerda: lo único que no recuperarás ni podrás hacer es justamente tiempo. Con esto, lejos estoy de insinuar que te aventures al peligro. Sopesa un camino y el otro. Pero, en uno u otro caso, lo que te digo es que te animes a dar los primeros pasos, aunque el camino aún sea algo oscuro, invisible, sin marcar. Y es que, en la mayor parte de los casos, el camino se aclarará a medida que lo andas. O como alguien ha dicho y escrito, si escalas hasta la cima que antes creías alta, verás que desde allí que hay muchas más. Mucho más para descubrir, mucho más por escalar.

La clave: anímate a caminar, aventúrate y cuida siempre de ti mismo. Riesgos correrás de seguro. De hecho, hoy que te escribo, me permito hacerte saber que efectivamente tomarás decisiones que implicaran alto riesgo, algunas equivocadas y otras acertadas. En muchas, repito, acertarás; en otras, lejos de eso. Pero en uno u otro caso, pese a que quizá te arrepientas incluso del resultado, no te arrepentirás de haber decidido aquello que decidiste. 
El camino se hace al andar y tus pasos, solamente tus pasos, trazarán tu camino, y no a la inversa. Anda, ve y camina. Y si no puedes caminar, pues arrástrate o, mejor aún, vuela. 



Manchester, jueves 29 de septiembre de 2016.
Manchester, martes 04 de octubre de 2016.
Manchester, jueves 06 de octubre de 2016.
Manchester, martes 31 de marzo de 2020.

Thursday 26 March 2020

Cartas a mi. CATORCE: Hazte amigo de la soledad, el silencio, la contemplación y la meditación.

Al comienzo, te será difícil. El ser humano es un animal social y, de alguna manera parece buscar al otro. Casi todos buscan algún tipo de reconocimiento también. Así que la soledad es un estado que le cae bien a muy pocos. De un lado, creo que porque sí somos animales sociales. Pero, del otro, pienso que más tiene que ver con la dificultad que tienen todos (absolutamente todos al menos al principio) en tener que estar con uno mismo, en aceptarse, en escucharse. 
A ti también te sucederá. Tendrás momentos, épocas en los que te sentirás solo aun estando rodeado. En otras épocas o momentos te sentirás solo estando físicamente solo. Algunos caracterizan el primer caso como el peor. Puede que tengan razón. Pero la experiencia te enseñará que sentirse solo estando solo o acompañado, de cualquier manera, es duro. 

Lo primero que debes tener en cuenta es que la soledad, como todo estado, es pasajero física y mentalmente. Luego, que la soledad no es una penalidad, una sanción y más bien es una oportunidad. Exacto: una oportunidad que la vida o tú o ambos te dan te dan para reencontrar el balance, para entenderte, para entender al universo, para escucharlo, para analizar, intuir los mensajes que te envía (¡y que lo hace de seguido, si estás atento!). 

El silencio, la contemplación, provocados o simplemente accidentales, son excelentes compañeros de la soledad. De hecho, cuando estés solo o te sientas solo, contemplar el silencio te abrirá una nueva forma de abrazar el todo, de vivir el alma que, en definitiva, es el único momento y el único lugar en el que esta parte de tu existencia se manifestarán. En lo posible medita. Es decir, conscientemente toma la decisión de apartar tiempo y espacio para ti, contigo. Si en grupo o sólo físicamente, te dará igual (ya me entenderás mejor cuando intentes ambas formas). En cualquier lugar, en silencio o no, contemplando o no, con los ojos cerrados o totalmente abiertos, incluso escribiendo, aprende las simples técnicas (te aconsejo la medicación y técnicas budistas). Hazlos parte de tu día a día. Evita la palabra rutina para que no parezca uno más de los puntos en una lista de deberes diarios. 

El encuentro contigo mismo, a través de la meditación, a tu espacio y a tu tiempo, debería ser tan planeado como espontáneo. Planeado, en el sentido de ser una decisión consciente. Espontáneo, en el sentido que cualquier lugar y a cualquier tiempo que te apetezca dale a tu ser la oportunidad de comunicarse contigo, así en silencio o no, contemplando, meditando físicamente solo o con otros. La soledad como sensación estará ausente o, mejor aun, abrazarás su presencia pues las sabrás una oportunidad para volver a ti mismo y, al volver a ti mismo, vuelves a la Madre, al Todo, al Universo del que eres, ha sido y siempre serás plena manifestación. 

La soledad y tú, y nosotros. Serán amigos, se enemistarán, querrás dejarla y ella se aferrará más fuerte. Consejo: hazte amigo. Como te decía, será una amistad dura. Puede que te duele de tanto en tanto. De hecho, sucederá. Sin embargo, de un lado será una realidad. Así que no la batalles pues perderás energía y te desgarrarás en vano. Del otro, sin entregarse a ella (pues está lejos de ser tu naturaleza) acéptala como un hecho y utilízala, crece con ella, escúchala pues escuchando sus silencios te escucharás a ti y, escuchándote, te comprenderás mejor. Y es que, haciéndote amigo de la soledad, te acercarás a ti como persona o experiencia ninguna te puede permitir. Es así, estar, sentirte solo puede ser grato y hasta placentero. Y así es. 

Cuando tú y la soledad, observa a tu alrededor; simplemente déjate, déjala ser. Detente. Y contigo, con ella, el resto se detendrá también. Me animo a decir que ella es una de las rutas, uno de los vínculos más directos para volver a la Fuente, para conectarte con el Todo, para recordar de dónde vienes y a dónde vas. Si te ves llorando, si te sientes triste, permítete ese estado también. 
En lo posible, abrázate más fuerte a la soledad, sin tirar el manotazo a la puerta de casa. Primero, te estarás protegiendo de energías externas que te observarán a todas luces vulnerable y se prenderán como parásitos sin que te des cuenta. Segundo, abrazándote a ella te estarás abrazando a ti mismo, acompañándote. Y es que, al abrazarte a ti mismo, al acompañarte, te será posible acompañar a otro y dejarte acompañar, sin ser el uno la muleta desesperada del otro, que solamente aparece o es creada por necesidad y que, de ser así, terminarás cargando al comienzo livianamente y luego como una penalidad pesada. 

La soledad y tú, tu amiga, tu mejor consejera, pues en ella te encontrarás contigo.

Manchester, jueves 22 de septiembre de 2016.
Manchester, martes 27 de septiembre de 2016.
Manchester, jueves 26 de marzo de 2020.

Tuesday 24 March 2020

Cartas a mi. TRECE: Viaja mucho, conoce nuevas culturas, aprende de todos, respétalas.

Se libre, sin ataduras a un lugar o persona. Fluye con el tiempo y a través de la distancia. Explora, conoce, descubre, maravíllate de la riqueza que esta existencia ofrece a cada paso. Mantén los ojos de niño, continúa siendo inocente, curioso, osado, intrépido, inquieto inquisitivo y siempre respetuoso. Y digo respeto por el otro y por la situación o lugar donde estés. 
Abrázalos sin definirlos. Pues, al definirlos, al clasificarlos, los limitas. Ve hacia ellos con ojos nuevos, con brazos abiertos. Ellos te recibirán de la misma manera.

Algunas aventuras las transitadas sin más compañía que la de tu sombra. Otras, con personas que ya conoces, y tantas más con personas que harán de ese tiempo algo irrepetible. En cualquiera de estos casos, te estaré acompañando y El Todo también. 
Es algo así como una cinta en continuo movimiento y tu caminas sobre ella sin moverte en realidad físicamente, pero viendo el paisaje, a la vez que el paisaje varía en círculos, cielos y nubes. 

Con el tiempo se aclara el misterio. Mientras tanto sigue caminando, respirando, fluyendo sin juzgar. De China a México, de Rusia a Perú. Observa constantes y sutiles cambios. Nútrete de cada experiencia. Observa las diferencias, todas accidentales, y descubre aquello que nos hace uno. Recuérdalo cada vez y vuelve a hacerlo como lo has hecho siempre. 
Siéntate en silencio. Siéntate al bullicio. En cada caso permítete hacerte de la situación, se testigo primero y luego parte. Comprenderás que eres local en cada caso, que eres de allí, que perteneces en cada instante y en cada lugar.

Habrá momentos, lugares, gentes, individuos que te recordaran quién eres, y de los que aprenderás. Otros, los menos, de los que pensarás y sentirás antagonismo y hasta rechazo. En todos los casos acéptalos como son. Vive la experiencia del encuentro con el corazón abierto. Déjalos ir y continúa tu camino. 
Es cierto que a veces resulta difícil soltar o esquivar el rechazo. Tendrás que trabajar contigo mismo. Es tu ego y es el ego de esos otros seres que hacen nacer esa sensación. Si bien existirán costumbres que chocarán y se enfrentarán contra aquellas con las que has crecido, como toda costumbre, la tuya y la de ellos, han sido adquiridas. 

Discutirás contigo mismo acerca de los valores, si es que existen valores eternos, absolutos e inmutables. Te preguntarás cómo puede ser que existan individuos y culturas enteras comportándose de tal o cual manera. Es una pregunta que aun escribiendo estas páginas, escribiéndote ahora allá a aquel que fui yo hace tanto, me planteo. Me preguntó: ¿hallaremos la respuesta? Tenlo por seguro; en esta o en la próxima existencia. Mientras tanto acepta sin juzgar. Advertencia: esto es diferente a apoyarlo. Simplemente que ellos sean y tú sigue siendo, y cuando estés en cualquier lugar por mucho o poco tiempo intenta siempre encontrar algo, alguien desconocido, nuevo para ti. Investiga, descubre con ojos ávidos de más. Pide al universo y se te otorgará. La única condición: mente y corazón abiertos, sin juzgar y con respeto.

El imponer lo que piensas o cómo lo haces, tus valores, está de más. Acepta al otro como acéptate a ti mismo. Aunque difieran en puntos esenciales, si estos puntos son irreconciliables, aprende lo que sientes debes aprender y sigue caminando tu camino, sigue siendo, y el universo y el otro seguirán siendo. Mas, si te obstinas en imponer quién eres, tus valores, tus creencias, tu cultura intentarás cambiar el ciclo de la rueda invisible. Más que imposible, es inútil pues, aunque pudieras hacerlo esa es misión del Superior, de aquel inaccesible, misterioso, universal. A ti te toca seguir sin juzgar. Esto no significa qué en tu camino, tus intenciones y valores serán dejados de lado. Por el contrario, todos conocen, tú conoces en esencia hacia dónde y cómo caminar. Los demás también. Ahora bien, si ellos, por la razón que fuere, se apartan de su camino, tú sigue el tuyo. Respeta esa decisión del otro, tanto al individuo como a una sociedad entera. Te estarás evitando angustias. Y, después de todo, así como tú tienes entera libertad de ser, pues ellos también. Repito, si las diferencias son irreconciliables, si sientes tu energía drenar, apártate de ese individuo o sociedad, hazlos a un lado gentilmente, remuévelos de tu camino.

Eres un ser de luz y la oscuridad vencerás. Siempre está en ti conseguir ese balance, casi mágico, entre respeto, abrazar al otro y respetarte, abrazarte a tí mismo. 


Manchester, martes 13 de septiembre de 2016.
Manchester, jueves 15 de septiembre de 2016.
Manchester, martes 20 de septiembre de 2016.

Manchester, martes 24 de marzo de 2020.

Sunday 16 February 2020

Cartas a mi. DOCE: Eres ilimitado.

Y sí que es verdad. Ten presente SIEMPRE de donde vienes. Eres parte minúscula del universo y como tal, reúnes sus mismas características. Entre ellas, justamente, lo universal. Si bien puede parecer a veces que tu cuerpo físico te limita, esto es solamente una ilusión. Por ejemplo, no podrás volar pues no tienes alas. Eso es verdad si observas la realidad desde tu cuerpo físico ya que no tienes plumas ni eres tan liviano. Mas, tú mismo, en otro plano, el de la imaginación, podrás hacerlo sin problema alguno.

Es cierto, me contra-argumentarás, que de todas maneras no estarías volando. Disiento porque tú tanto vives en ese cuerpo que ahora comparto años más tarde y que sostiene esa pluma, cuanto en esa mente que es capaz de crear aquello que otros llaman magia.

Incluso, en el plano físico, tu cuerpo sólido será presa de alguna enfermedad, condición, “limitación” (siempre producto de tu ser interno) y, sin embargo, si reconoces lo ilimitado de tu ser, hasta tu cuerpo físico te sorprenderá.

El riesgo (recuerda que el cuerpo físico en el que habitas tiene raíz animal) es el acostumbrarse, el ir quedándose conforme. Allí, tú serás quien le ponga límites. Así que ten presente aún en el plano físico que eres tú el motor y creador de esa realidad. Empuja los límites al máximo y, cuando los destruyas, ve por otros más altos, más inalcanzables, más lejanos. Continúa expandiéndote puesto que, al ser ilimitado, simplemente cumples con tu naturaleza.

De tanto en tanto puede que tengas tiempos, momentos de contracción. Tiene que ver, como la naturaleza misma lo muestra si te detienes a observarla, con una especie de “poda” personal, de deshacerte de lo que de alguna manera está contigo, pero no eres tú. Parecerá que te achicas, que te estancas. Sencillamente te estarás “podando”, limpiando, para luego crecer aún más. Al ser ilimitado to crecimiento será sin límites, a menos que tú decidas crearlos, imponerlos a ti mismo.
Reconócete universal, acéptate ilimitado, grande, expansivo. Es tu esencia. Es quien eres. Agradécelo y brilla con la intensidad con la que sólo tú sabes brillar.

Es cierto, también, tu brillo despertará a otros, pero no siempre despertarás ejemplo. Algunos, al observarte, entenderán, recordarán de donde vienen y su carácter asimismo ilimitado.
Brillarán como tú lo haces, contigo, con la Madre, con el todo pues, como tú, son parte de Él, vienen de Ella, y como Él, como Ella, son ilimitados también. Eres luz, son luz, somos luz.

Pero muchos aun no están listos, preparados para recordar, para aceptarse como seres de luz y entenderán, recibirán tu brillo tan directamente en los ojos que se sentirán cegados, heridos, o ambos.
Te causará confusión al comienzo, culpa puede que en algún punto de tu tránsito por esta existencia. Libérate inmediatamente de culpa y confusión. Eres un canal de energía pura y perfecta. Eres alegría y felicidad. Ellos también. Es su inhabilidad para recordar, para aceptarse aquello que no los deja ver, los ciega, los lastima.

Echarán la descarga sobre ti, tu camino, el brillo que emanas. Brilla aún más intensamente. Sin opacarte, sin disminuir la intensidad y, por el contrario, más limpio, puro y cristalino cada vez. Brillando vuelves a la Madre, al todo, te purificas. Y, purificándote, los purificas a ellos también.

Tu misión está lejos de cambiar a otros o de hacerlos caminar un camino que cada uno escoge. Tu misión, como la de cada uno, es seguir siendo, pues al seguir siendo expresas la inmensidad del todo, lo ilimitado de la Madre, lo absoluto del Padre, lo divino. Eres responsable y capaz. Eres potencial ilimitado. Acepta tu luz. Brilla.

Manchester, martes o6 de septiembre de 2016.
Manchester, domingo 16 de febrero de 2018.