Friday 20 June 2014

Cumplir un sueño

Cuando somos aun niños escuchamos frases como “cumple con tus sueños”, “no dejes pasar la vida sin hacer lo que quieres”, “sigue tu corazón”, y tantas otras. Lo incoherente es que años más tarde cuando intentamos hacerlo, la mayoría nos mira raro, frunce el seño, y aparecen otras frases como “no creo que puedas”, “si fuera tú me conformaría con…”, “quédate donde estás que es más cómodo”, y demás.

¿Cambiaron? ¿Cambiamos? Para nada. En la propia experiencia he encontrado la respuesta. Todos soñamos, todos tenemos aspiraciones, y más cuando somos pequeños y el mundo parece no tener límites. Y es que no los tiene.

Pero al crecer, las auto-limitaciones comienzan a aparecer, primero en forma de elementos externos, principalmente el otro, hasta que hacen su camino a través del ser y corroen en lo profundo. Es difícil verlo claramente cuando recién nos abrimos al mundo pero la mayoría tiende a conformarse y no entiende bien cómo es que hay seres que pese a los años, los imponderables, y las circunstancias externas, siguen con tesón (y muchas veces, sólo con eso) aquellos sueños que tuvieron cuando niño.

Creo que eso, de alguna manera, los mantiene jóvenes, vivos, alegres, pero también los obliga a andar de tanto en tanto por caminos solitarios. Y no es que el resto tenga algo en contra o quiera nuestro fracaso. Lo he entendido con el tiempo. Mas bien, el resto no puede dejar de comparar que dadas las mismas condiciones, alguien más, ese otro, dejó comodidad y seguridad, y ellos se quedaron sentados, soldados, al costado del camino.

Debo hacer un paréntesis para aclarar que no creo que uno sea un héroe y el otro un villano. El único elemento negativo, funesto, lo observo en la innecesaria comparación. Cada uno es dueño, director, guionista, y productor, a más de actor principal, de su propia historia. Si la historia que decidí vivir tiene que ver con una familia, una casa, un coche, y un perro, perfecto. Así como también si la historia que escogí me lleva a la luna. El gran déficit humano es en intentar cargar las miserias propias por decisiones no tomadas, riesgos no intentados, los sueños abandonados en potencia, traicionados, en las espaldas de alguien más.

Tú allí, yo aquí. Pues yo estoy aquí seguro que lo elegí. Imagino que tú también y por eso estas allí. Pues el resultado de nuestro ahora, del hoy que vivimos no es más que el producto de la suma (o resta) de nuestras decisiones, y consecuentes acciones y omisiones.

El secreto: pues que no hay secreto. Vuelve a ser niño, se feliz con tus elecciones, acertadas o erradas. La vida se escribe siempre en borrador y no tendrás tiempo ni oportunidad de pasarla en limpio. Si erradas, llora un poco si te hace sentir mejor, y sigue jugando. En definitiva, la vida (al menos esta)  es eso, un juego, el gran juego.  ¡Que no te hagan creer en roles! ¡No te la tomes en serio! Antes que médico, lavandera, o presidente has nacido niño, has nacido tú. Y no hay, hubo, o habrá otro tú tan tú.


Se feliz, ocúpate de hacer felices a los que te rodean, y a los que vas encontrando en el camino. Átate a un sueño, no a un objeto o a una persona. Y anda, camina, gatea, vuela, o quédate quietecito. Tu historia es eso, tuya, de nadie más. Si tiene límites, destrúyelos. La chance es que los has creado tú. Pues pese a que existan situaciones ineludibles, la decisión entre dejarnos secar y seguir floreciendo a través de la aceptación de lo que es, fue, es y será siempre tuya. Lo único que puede detenerte, limitarte, en definitiva, eres tú mismo. Se tu amigo, tu compadre, tu cómplice, tu soporte, tu luz. 

Ilumina tu camino, que iluminando tu camino iluminas el de los demás.

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