Hoy no tengo que escribir. Me faltan ganas. Es como
si la mente hubiese decidido dejar de cooperar, y bloquea al ser haciendo que
el cuerpo omita cualquier acción o pensamiento positivo. ¿Por qué? No lo sé. O
quizá, sí. ¿Es el hecho de tener que hacer algo a lo que le tengo miedo? ¿Es el
hecho de tener que volver a donde dolió tanto? Si es este el costo, ¿por qué no
recuerdo todo aquello que fue grato, que me hizo sonreír, donde sé en algún
momento fui feliz? ¿Por qué esa parcial visión de lo que fue? No tengo o no
quiero tener respuestas hoy. Los minutos, las horas pasan… Y no veo el momento
en el que el dia termine… Es uno de esos días… Escribía el lunes 17 de
noviembre de 2014.
Y hoy, sin embargo, 09 de marzo de 2016, que releo
esas palabras, y que llego a la cuarta década, no puedo dejar de sentir todo lo
opuesto. Estoy aquí, sigo estando, sigo siendo, pues siempre seré… quizá. Estoy
agradecido a la vida, a Mamá, a Papá, a tantos más… pero, sobre todo, estoy
agradecido conmigo mismo por continuar andando el camino con el mismo espíritu aquel
con el que dejé mi rosa hace ya tantos pasos.
Hoy, jueves 01 de marzo de 2018... te releo... me releo... me redescubro y me sorprendo. O mejor, recuerdo cada paso, cada derrota, cada levantarme de nuevo y volver a internar... una, dos, tres... y mil veces. Seguimos que mientras exista vida en este cuerpo existe la responsabilidad de dejar este mundo un poquito mejor de como lo encontramos cuando llegamos a este tipo de existencia. RECUERDA: somos seres de luz transitando una experiencia sensorial. Lo esencial es invisible a los ojos. Eres imilitado y, como parte del universe, compartes lo indefinable, lo eterno, lo incomprensible.
Hoy, jueves 01 de marzo de 2018... te releo... me releo... me redescubro y me sorprendo. O mejor, recuerdo cada paso, cada derrota, cada levantarme de nuevo y volver a internar... una, dos, tres... y mil veces. Seguimos que mientras exista vida en este cuerpo existe la responsabilidad de dejar este mundo un poquito mejor de como lo encontramos cuando llegamos a este tipo de existencia. RECUERDA: somos seres de luz transitando una experiencia sensorial. Lo esencial es invisible a los ojos. Eres imilitado y, como parte del universe, compartes lo indefinable, lo eterno, lo incomprensible.
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