Hoy el post acerca de la vida y la muerte es
personal. Exactamente hoy, miércoles 19 de diciembre de 2018 hace un mes que
Mamá trascendía. Dejaba ese cuerpo físico que la acompañó poco más de 72 años y
volvía a ser la luz que siempre fue, que siempre ha sido, que siempre será.
30 días pasaron, a veces rápido, a veces
lento. Pues el tiempo es eso, tan subjetivo como decidamos. Y no hablo del
tiempo cronológico (o el tiempo-reloj) sino del que tiene que ver con nuestra
esencia atemporal. Frases bien intencionadas como “fuerza” o “condolencias” y
tantas otras, tan inútiles. Mejor, silencio. Pues es en el silencio es donde lo
real, lo esencial, lo puro se manifiesta. Estos días me enseñaron (me
recordaron)… o mejor, Mami en estos días me hiciste recordar que la presencia
tiene poco que ver con estar al lado y sí con simplemente estar, que hay
silencios que valen mil palabras, que lo esencial es invisible a los ojos, que
soy (que somos) mucho más que un cuerpo físico, una carrera o una moda, que hay
varios tipos de amores, que los amores nos acompañan incondicionalmente acá,
allá y más allá, hoy, ayer, siempre, que la distancia es un fragmento más de la
imaginación, que aun estando cerca se puede estar tan lejos, y que estando
lejos, aun podamos estar tan inseparablemente juntos, que si tengo que explicarme
no vale la pena hacerlo, que el amor es o no es, pues el amor siempre es
completo, no pone condiciones, todo lo entiende, todo lo puede, a todo se
atreve, porque nunca fue ver para creer, y es que justamente siempre vimos
porque vos me haces creer…
De tu cuerpo físico, tus manos, esas manos
adoradas, tan ajadas como mágicas, aquellas que me han cosido las alas tantas
veces (y seguirán haciéndolo), tus ojos limpios, tan transparentes como tu
alma, aquellos que te permitían (y te permiten) ver a través de todo y de
todos, la sonrisa casi invisible, imperceptible para el resto, pero tan tuya
como mía, tan cómplicemente nuestra.
Hoy que no estás, sigues estando. Y no como
dicen aquellos que no ven más allá, como nosotros, como vos y yo, en la memoria,
en el corazón, en los recuerdos y no sé cuanta sarta más de estupideces. Hoy estás
conmigo, en mí, a mi lado. Siempre.
Ringuelet, miércoles 19 de diciembre de 2018.
Emilio
Curti
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