Sunday 16 February 2020

Cartas a mi. DOCE: Eres ilimitado.

Y sí que es verdad. Ten presente SIEMPRE de donde vienes. Eres parte minúscula del universo y como tal, reúnes sus mismas características. Entre ellas, justamente, lo universal. Si bien puede parecer a veces que tu cuerpo físico te limita, esto es solamente una ilusión. Por ejemplo, no podrás volar pues no tienes alas. Eso es verdad si observas la realidad desde tu cuerpo físico ya que no tienes plumas ni eres tan liviano. Mas, tú mismo, en otro plano, el de la imaginación, podrás hacerlo sin problema alguno.

Es cierto, me contra-argumentarás, que de todas maneras no estarías volando. Disiento porque tú tanto vives en ese cuerpo que ahora comparto años más tarde y que sostiene esa pluma, cuanto en esa mente que es capaz de crear aquello que otros llaman magia.

Incluso, en el plano físico, tu cuerpo sólido será presa de alguna enfermedad, condición, “limitación” (siempre producto de tu ser interno) y, sin embargo, si reconoces lo ilimitado de tu ser, hasta tu cuerpo físico te sorprenderá.

El riesgo (recuerda que el cuerpo físico en el que habitas tiene raíz animal) es el acostumbrarse, el ir quedándose conforme. Allí, tú serás quien le ponga límites. Así que ten presente aún en el plano físico que eres tú el motor y creador de esa realidad. Empuja los límites al máximo y, cuando los destruyas, ve por otros más altos, más inalcanzables, más lejanos. Continúa expandiéndote puesto que, al ser ilimitado, simplemente cumples con tu naturaleza.

De tanto en tanto puede que tengas tiempos, momentos de contracción. Tiene que ver, como la naturaleza misma lo muestra si te detienes a observarla, con una especie de “poda” personal, de deshacerte de lo que de alguna manera está contigo, pero no eres tú. Parecerá que te achicas, que te estancas. Sencillamente te estarás “podando”, limpiando, para luego crecer aún más. Al ser ilimitado to crecimiento será sin límites, a menos que tú decidas crearlos, imponerlos a ti mismo.
Reconócete universal, acéptate ilimitado, grande, expansivo. Es tu esencia. Es quien eres. Agradécelo y brilla con la intensidad con la que sólo tú sabes brillar.

Es cierto, también, tu brillo despertará a otros, pero no siempre despertarás ejemplo. Algunos, al observarte, entenderán, recordarán de donde vienen y su carácter asimismo ilimitado.
Brillarán como tú lo haces, contigo, con la Madre, con el todo pues, como tú, son parte de Él, vienen de Ella, y como Él, como Ella, son ilimitados también. Eres luz, son luz, somos luz.

Pero muchos aun no están listos, preparados para recordar, para aceptarse como seres de luz y entenderán, recibirán tu brillo tan directamente en los ojos que se sentirán cegados, heridos, o ambos.
Te causará confusión al comienzo, culpa puede que en algún punto de tu tránsito por esta existencia. Libérate inmediatamente de culpa y confusión. Eres un canal de energía pura y perfecta. Eres alegría y felicidad. Ellos también. Es su inhabilidad para recordar, para aceptarse aquello que no los deja ver, los ciega, los lastima.

Echarán la descarga sobre ti, tu camino, el brillo que emanas. Brilla aún más intensamente. Sin opacarte, sin disminuir la intensidad y, por el contrario, más limpio, puro y cristalino cada vez. Brillando vuelves a la Madre, al todo, te purificas. Y, purificándote, los purificas a ellos también.

Tu misión está lejos de cambiar a otros o de hacerlos caminar un camino que cada uno escoge. Tu misión, como la de cada uno, es seguir siendo, pues al seguir siendo expresas la inmensidad del todo, lo ilimitado de la Madre, lo absoluto del Padre, lo divino. Eres responsable y capaz. Eres potencial ilimitado. Acepta tu luz. Brilla.

Manchester, martes o6 de septiembre de 2016.
Manchester, domingo 16 de febrero de 2018.