Tuesday 11 December 2018

Ser Siendo. Acerca de la Vida y de la Muerte (3)


La Biblia y la muerte
Los primeros dos posts introdujeron el tema de la muerte, los distintos estadios en que nuestro ser se “manifiesta,” esto es lo físico, lo inteligente (intelectual y emotivo) y lo espiritual. Introdujimos la idea Platónica acerca de la muerte de boca de Sócrates. Hoy seguimos el análisis desde La Biblia. Los próximos posts evaluarán otras creencias religiosas y espirituales.

El Libro Santo incluye varios pasajes referidos a la muerte. Entre ellos, se mencionan los siguientes a manera de ejemplo:

Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?

Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.

Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.

El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.

Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.

Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo. Fuerte es el amor, como la muerte, y tenaz la pasión, como el sepulcro. Como llama divina es el fuego ardiente del amor.

Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir.

Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor, pero por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este mundo.

Este mensaje es digno de crédito: Si morimos con él, también viviremos con él.

Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse, y vivirán! Lo afirma el Señor omnipotente.

Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.»

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará.

De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos.

Entonces Jesús exclamó con fuerza: ―¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró.

Por mi parte, yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas.

Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.

¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí.


La Biblia incluye estos y tantos otros pasajes respecto de la muerte. Dejando de lado la idea de resurrección (puesto que poco tiene que ver con la intención de estos posts) resulta interesante observar que el Libro Santo repite en lo esencial las ideas platónicas. Es decir, La Biblia incluye la separación entre aquello que es efímero, perecedero, físico, perceptible a través de los sentidos y aquello que es eterno: el cuerpo y el alma.

Puede discutirse si el alma en La Biblia goza de inmortalidad o no. Es cierto. Algunas interpretaciones sostienen que Dios es el único ente eterno. El alma humana resucitará en el momento que Dios diga, luego del juicio final, para algunos. Mientras tanto, para esta lectura de La Biblia, el alma se encuentra en un sueño.
De una u otra forma, lo esencial para este análisis es que el alma continúa, en una eternidad presente, activa, despierta o dormida. La muerte, en una u otra interpretación es simplemente el pasaje de la realidad física a una realidad no tangible por los sentidos (la vuelta a Dios).
La única diferencia que observo entre la idea Platónica y La Biblia es nominal. La nomenclatura es sin embargo similar: alma o espíritu “cambian de estado” con la muerte y vuelven al “lugar” de donde provienen que algunos llaman Dios (y que otros denominan energía, fuente, divinidad, naturaleza, el todo, la nada, etc.).

El próximo post seguiremos avanzando en las implicaciones de La Biblia respecto a la manera en que presenta la muerte.

Ringuelet, martes 11 de diciembre de 2018.

Emilio Curti
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