Tus
pies te llevarán a donde tu corazón diga. Y cuando estén cansados, tu corazón
te hará volar. El horizonte estará allí esperándote. Camina, vuela, sueña. Es
cierto, de tanto en tanto hasta las alas pueden cansarse y la visión,
confundirse. Tendrás momentos de incertidumbre, quizá. El horizonte se verá
borroso, o no se verá, tal vez. Es en esos momentos en que debes ser tu mejor
amigo. Ámate, lo digo en serio. Tente paciencia. Sigue caminando, volando, o
estate quietecito. Solamente el tiempo te ayudará a develar hacia donde. En uno
u otro caso, mantener la calma, estarte allí contigo mismo aun en movimiento, acompañarte
si exigirte, sin juzgarte será clave.
Si
no te tienes paciencia, si te apuras, pues lo borroso seguirá, y te sentirás
aun más perdido, mareado, atosigado. Pues no solamente no vislumbrarás
horizonte a seguir, sino que también perderás noción de donde has venido o
porque te dirigías hacia donde lo hacías.
Con esto no digo que mires atrás. Tu vista siempre adelante. Mas sí
te insisto, ten presente, recuerda siempre de donde has venido, de donde estás
viniendo, donde empezaste. No descuentes el camino recorrido aunque lo debas
desandar. Pues es el camino recorrido, llano y perfecto o con altos y bajos el
que te ha hecho quien eres, quien serás,
quien soy. Con todo lo bueno y todo lo malo que tienes, tenemos.
Así
que la próxima vez que estés o te sientas sin rumbo (que son dos cosas bien
distintas), perdido, déjate perder en la inmensidad del universo y el tiempo,
aunque físicamente estés allí y ahora. Nada más maravilloso que comenzar una
hoja en blanco sin saber que o a quien escribirás. Así que si te amas, si te
tienes paciencia en esos momentos, evitarás confundirte y hacerte daño
inoportuno, innecesario, y esa misma luz, tu luz, aclarará hacia donde.
No
te atiborres. Más bien, continúa siendo aunque no hagas. Pues el hacer no te
define; es aquello quien eres aquí y ahora que lo hace. Cuando soledad y
silencio sean tus compañeros (lo serán, te lo aseguro) no les temas; por el
contrario, abrázalos, déjalos abrazarte, y se uno con ellos, en comunión
absoluta. Además de ti, son dos grandes y fieles amigos que sabrán aconsejarte
bien si los escuchas. Vacíate de ti mismo, de experiencias, de lo pasado, y
comienza de nuevo. Sí, una y otra vez. A fin de cuentas, eso es la vida también.
Una sucesión infinita de aventuras y desventuras.
Ahora,
se tú. Disfruta de las cosas simples, que son las más bellas, mímate, quiérete,
acompáñate, ámate, tente paciencia siempre. Comparte, reparte, fluye en cada
momento, en cada lugar, en cada situación aunque parezca que no hagas. La cuestión
no es hacer. Es, ha sido, será simplemente ser. Cada día
un poco más. Que a pesar que ese poco más
de ayer parezca haber sido ínfimo, sin importancia, es el que te ha traído hasta
hoy.
Manchester, martes 19 de septiembre de 2017.
No comments:
Post a Comment